martes, diciembre 25, 2007

Espectador y Protagonista

Creo que pocas veces he tenido momentos en los que no he podido asimilar las sensaciones que tengo. Son pocas las ocasiones en que la vida me hace sentir que no tengo respuesta a lo que me presenta.

El otro día, mientras estaba tranquilo esperando el término de un año espectacular en lo laboral, mi amigo y compañero de trabajo, Paolo, me llamó para darme una terrible noticia: un excompañero de trabajo había fallecido en un accidente de tránsito. No es que fuese mi mejor amigo en el mundo, pero me cayó como un balde de agua fría. Es que el Jota (como le llamábamos) era de esos tipos que no pueden caer mal, de esos que siempre tienen una talla y que se han hecho a pulso, que han logrado salir adelante gracias a las ganas de surgir; era un tipo muy dedicado y perfeccionista, no dejaba que las cosas quedaran mal hechas aunque significara hacerlas enteras de nuevo... Aún así, ATE, la productora en que trabajábamos, no supo darle el trato que se merecía y, al igual que yo, se fue dejando mucha rabia contra las injusticias que tuvo que aguantar.

Lo bueno es que contaba con Alejo, un emprendedor videógrafo con quien también trabajé en Atómica, lugar que cobijó la naciente rama de videos institucionales y que permitió al Jota mantenerse por el resto de su corta vida.

Así que cuando supe la noticia me afectó por lo buen hombre que era; además un tremendo profesional, digno de imitar.

Esperando el día del sepelio me encontré con un par de excompañeros del Duoc, una de los cuales me contó (qué chico es el mundo) que trabajaba para Atómica y que sabía que el Jota estaba pololeando con Luli, una excompañera del instituto que fue mi celestina para conocer y enamorar a Paula, mi actual esposa. Ahí creo que se me vino abajo el mundo. Claro, porque no esperas que las cosas se pongan peor de lo que ya son. Pero lo peor vino después, cuando supe cómo murió: un tipo borracho escapaba de carabineros por las calles del centro cuando se encontró con la camioneta en que venía el equipo de eventos de Atómica. El choque afectó al copiloto, el pobre Jota no pudo sobrevivir ante tamaño impacto.

Lo que sucedió después fue lo de siempre. Asistimos a la misa donde me encontré con varios excompañeros del Duoc y del trabajo, todos afectadísimos por lo que el Jota significaba. A las 4 de la tarde iniciamos el cortejo hacia el Cementerio General. Lo enterraron en un nicho de los que están renovando a la entrada de Recoleta. Los hijos del Jota acompañaban el cajón, entendiendo pero aún sin asimilar del todo el vacío que les acompañará el resto de sus vidas. La pobre Luli se quedó llorando con la mirada perdida frente al ataúd durante largos minutos de silencio, soportando los 32 grados de calor envuelta en su ropa negra. El calor no le hacía mella, el frío que se había metido en su corazón era más fuerte que cualquier otra cosa.

Luego de despedirnos del resto, no pude acercarme a ella ni a Carlos, otro excompañero que estuvo en el accidente; sentía que los importunaría ya que no los veía hacía 6 años por lo menos. Por eso nos fuimos cuando Luli bajó, intentando pasar desapercibidos, tratando de molestar lo más mínimo el duelo por la pérdida de este tremendo ser humano.

Lo extraño que sentí fue el miércoles siguiente. En Mega exhibieron el programa "133" que muestra un seguimiento a las patrullas de carabineros y muestra con crudeza a lo que estos funcionarios deben enfrentarse cada día. Ese episodio mostró con todo detalle la persecución del borracho en el Peugeot 206 verde a través de las calles del centro de Santiago, la infructuosa lucha de los carabineros por impedir que se escapara y el impacto final contra la camioneta de Atómica. Así pude ver en la comodidad de mi cama a mi excompañero siendo auxiliado por bomberos, al borracho maldito hablando por celular sin ningún rasguño, a Carlos afectadísimo esperando que los paramédicos pudiesen salvar la vida de su compañero y al pobre Jota, con su pierna fracturada, su rostro desencajado y su último respiro cuando la camilla se perdió entre las puertas de la ambulancia.

Y es la sensación más extraña que he tenido en mucho tiempo, asistí al espectáculo de la muerte de un conocido. Y debo decir que fue horrible. Fue la primera vez que sentí que la televisión me entregó realidad, una realidad que jamás quiero volver a experimentar.

viernes, noviembre 23, 2007

La Inflación

Hace mucho que me prometí jamás hablar de economía, aspecto de la vida diaria al que no soy asiduo, sus códigos me parecen chino y realmente siento que, aunque gobierna nuestra vida, no es la razón por la que estamos aquí; así que no le presto mayor importancia más que para tener la plata que necesito para vivir.

El hecho es que no voy a hablar de economía, pero si está relacionado con ella. Hace un par de días se comenzó a discutir en el congreso una nueva ley que aumenta en un 6% el sueldo de todos los empleados fiscales, quienes estaban en huelga por la demora en los reajustes salariales y quienes fueron apoyados por los basureros que no recogieron nada por varios días. El aumento lo considero muy bueno y justificado cuando aún en Chile no se legisla para tener un salario mínimo lo suficientemente digno como para lograr pasar el mes. Entonces... ¿que es lo que me molesta?

Bueno, junto con las medidas de reajuste salarial venía adosada una limitante: que tanto a los ministros, subsecretarios, senadores y diputados no se les reajustaría el sueldo. El congreso rechazó este punto y tuvo que sacarse para obtener la aprobación. Uno podría decir: “si el reajuste es para todos, así debe ser”. El problema radica en lo siguiente: los sueldos de estos personeros pasan de los 3 millones, llegando algunos a los 5 o 6 millones al mes. Considerando un 6% de aumento, significa que quien gana 5 millones recibirá un aumento de $300.000... es decir que para ellos, el aumento significa un sueldo completo de varios empleados que han luchado por años por este reajuste y a quienes con suerte le tocarán proporcionalmente unas 30 lukas. ¿No les parece injusto? Los senadores y diputados trabajan menos que el resto, tienen sueldos gigantescos por una pega bastante fácil, se ahorran mucho con los planes y convenios del estado, etc. Es decir que el fin y al cabo gastan menos en la vida normal que lo que los demás empleados públicos deben desembolsar por estar más abajo en el escalafón salarial del gobierno.

Cuando nuestros periodistas enfrentaron a los senadores por esta medida, algunos dijeron estar en contra del reajuste parlamentario, pero en cambio el senador Larraín argumentó que “La inflación es igual para todos, a todos nos afecta por igual y el costo de la vida nos cambia a todos” (...)

Yo me pregunto: ¿la inflación es la que aumenta sus mejillas y genera la cara de raja de estos tipos? Es que me perdonará el congreso, pero tipos más flojos, faranduleros, ladrones y corruptos no he visto desde la dictadura. Se llenan la boca de promesas, de cambios, de fiscalización, pero no hacen nada que realmente le llegue a la masa, las leyes se acumulan y no salen nunca, sobre todo las sociales y medioambientales. Pero además es el colmo que cuando por fin hay consenso y se generan propuestas como ésta, la única forma en que se aprueben es que ellos también salgan beneficiados. ¡Manga de ladrones, dejen de comerse nuestros impuestos y hagan algo bueno para variar!

Aunque es entendible... “la inflación nos toca a todos, la comida es más cara, la bencina también, la cuota del Villa María y el entrenador de tenis para el chicoco están muy caros, que decir de la gorda que no puede pasar más de un año con el mismo auto y uno, uno que se desvive por este país, debería tener por lo menos 2 casas de veraneo para poder descansar de tanta presión... Es que la política cansa, uno no sabe qué hacer con el tiempo que le sobra en la semana y los millones que no nos merecemos...”
Esto, señor Larraín, es lo que honestamente debió decir al país.

martes, noviembre 13, 2007

La decimoprimera es la vencida


Y finalmente lo logró. Sin dejar de sufrir, claro, pero con la satisfacción de por fin ganarle al mejor tenista de todos los tiempos. Sólo debo decir ¡GRANDE FEÑA!

domingo, noviembre 11, 2007

El lunático de moda

Cuando los tiempos cambian, los procesos de las sociedades sufren trastornos que, como todo en la vida y en el universo, son cíclicos. Así vemos casos en que parejas que se odian vuelven a estar juntar y vuelven a odiarse, países que tienen una gran bonanza económica y luego caen para volver a subir, climas de años secos y lluvias torrenciales, etc. En política hay un fenómeno parecido: la alternancia en el poder y los extremistas políticos.

Aunque en Chile la atención en la política es cada vez menor, en que nuestra clase política nos aburre y no permite una renovación completa y clara, es muy posible que no veamos pronto una agitación social como la de la UP ni un resurgimiento del comunismo acérrimo como ideal de un país. Nuestra economía y estilo de vida no nos permitirían eso más que gradualmente, ya que las diferencias sociales, aunque sigan siendo inmensas, ya son bastante menos pronunciadas que en esos años, por lo que la mayoría de los chilenos tenemos un acceso la tecnología y a las comodidades que antes hubiese sido imposible.

Hay otros países donde esto no pasa, donde existen sólo 2 clases sociales, como en Perú y Bolivia, o en que sencillamente un loco se subió al poder y hace lo que quiere con la plata sin que nadie haga o le diga nada. Éste es el caso de “Chavito”. Hugo Chávez, el déspota mandatario venezolano que hace algunos años llegó al poder con la premisa de ser un revolucionario social para ese país, comenzó a realizar muchos cambios en la administración de la nación caribeña y a dar pasos impensados ante los capitalistas norteamericanos: estatizó las petroleras, hizo un nuevo orden social, cambió las facultades del congreso y del presidente, etc. Entre otras cosas, mejoró la vida de muchos con entregas de dinero salido de los petrodólares. Así, Argentina, Bolivia, Uruguay, Ecuador y otros países han recibido miles de millones de dólares como regalo por parte de Chávez, quien no da puntada sin hilo; es obvio que a la larga, como un mafioso italiano o un congresista gringo, volverá a pedir favores por estos regalitos que hizo antes, favores que podrían cambiar el orden político de América Latina frente al mundo. Si hubiese usado esa plata en los desempleados de su país, éstos habrían tenido un sueldo mínimo durante todo el mandato de Chávez...

Chávez es adorado u odiado, no hay intermedio. Mientras habla largo y tendido en la cumbre de presidentes, con sus frases de manual y defendiendo a su “República Bolivariana de Venezuela”, los demás comensales lo miran con hastío, esperando que deje la palabrería vacía y que les preste más plata. Yo lo considero un loco, un orate al que le dieron el poder y no lo van a poder sacar sino mediante un golpe de estado o una intervención extranjera. Porque ahora se le ocurrió tener poder totales, llamando a una consulta popular que obviamente será fraudulenta. Este es el último paso para convertir a Venezuela en una dictadura comunista. La juventud se está revelando, pero Chávez es incapaz de enfrentarlos directamente; en un forma matonesca envía a grupos paramilitares a infiltrarse en las manifestaciones y que así ataquen desde adentro e hieran a los manifestantes como si fuesen “personas de libre pensamiento que defienden su propia visión de la justicia social y que la defienden”. Estas acciones me recuerdan a los Nazis, cuando Hindenburg agonizaba en su lecho y los del partido nacionalsocialista desbarataban las sesiones del congreso y buscaban afanosamente que se aprobara la reforma que permitía a Hitler ser Ministro de RR.EE., Primer Ministro y Ministro de Defensa, lo que lo convirtió en el Fürer...
Así que Chavito tendrá un grave problema a la larga, porque está comprobado que cuando un régimen se convierte en totalitario, viene una revuelta y un golpe de estado, luego una dictadura facista (o como dijo Pinochet una “dictablanda”) y un largo camino para que el país vuelva a tener democracia. Venezuela, mírate y mira a Chile. Ve nuestro pasado, no permitas que por los delirios de grandeza y los arrebatos de un loco tu pueblo tenga que sufrir las consecuencias durante muchísimos años más.

domingo, octubre 07, 2007

La Herencia

Difícil momento el de la muerte. Hay veces en que nos pilla de sorpresa, sin previo aviso, casi burlándose de todos los cuidados que hemos puesto toda nuestra vida para evitarla. Prefiero ésa a tener que enfrentar la muerte de calendario, ésa que no permite levantar la cabeza, sólo esperar y esperar, intentando que todo sea como debe ser... como la ley natural de las cosas.
A causa de la muerte nació un documento llamado testamento. Este papel contiene (como todos sabemos) los últimos deseos del finado y decide quien se queda con qué cosa que al muerto no le servirá nunca más. Así, la herencia se convierte en el punto de discordia de muchas familias que no saben aceptar los juicios del pariente fallecido.
Esta semana una herencia olvidada vino a caer como un balde de agua fría sobre los Capone Criollos. Si. Los olvidados y ahora con un bajo perfil, los Pinochet, fueron apresados por 48 horas por los delitos de fraude al fisco y apropiación indebida de capitales fiscales. Claro que esta resolución no sólo los afectó a ellos, sino también al séquito de militares que movieron los dineros en el Riggs y otros tantos bancos con cuentas fantasmas.
Veintitrés fueron los “hijos de vecino”, los militares y personas “bien” que cayeron tras las rejas por culpa de los desfalcos del viejo Augusto “Corleone” Pinochet. El viejo ladrón y asesino que se cagó a medio país y robó lo que quiso, se rió de todos y se murió sin poner un pie en la cárcel, se cagó a su familia también. Claro, porque las casas, departamentos, viajes, ropa, etc que el viejo les daba eran mucho más de lo que el sueldo de jefe de estado y general de la plana mayor del ejército pudieron darle. $4.000.000 es el margen de error en el balance final, son esos millones los que nadie sabe donde están, excepto por sus cercanos. Éstos mismos que ahora ruegan por que se les respeten los derecho humanos, los que piden justicia, apoyados por tanta vieja seca con pancartas que gritan “¡ídolo!” con la foto del viejo Augusto, los que son visitados por los políticos derechistas que siempre dicen estar con el pueblo, pero que ven sus problemas desde el interior de sus autos, sin bajar la ventana.
Y aunque digan que el encarcelamiento fue para subir las encuestas del gobierno, aunque haya coincidido con el premio que le dieron al juez, aunque sólo hayan estado 48 horas en la cárcel, aunque la vieja de mierda de la Lucía inventó un colapso nervioso y una descompensación para arrancarse al hospital militar y aunque la gente se agarraba a combo limpio fuera del hospital por culpa de estos ladrones insignes, me siento feliz. Sí, porque por un momento, corto, casi insignificante y etéreo, pudimos ver a toda esa manga de ladrones, caras de raja de los Pinochet, sentirse atacados, abrumados, perseguidos encerrados, sin derecho a nada y con mucho, pero mucho miedo. Por primera vez sienten lo que su familia le hizo a tantos chilenos, a tantos compatriotas que ya no están para contarlo, porque el viejo se encargó de que no estuvieran. Y aún cuando me asquean sus declaraciones a la prensa, debo admitir que de toda esta familia de delincuentes la que más me hace reír es la matriarca; sí, sólo su increíblemente absurda mente puede acuñar las frases “somos prisioneros políticos” y “no sabía si me llevaban o me secuestraban”...
Creo que queda claro que la herencia de Augusto Pinochet no fueron sólo propiedades y dinero; fueron las causas judiciales, los desfalcos y por supuesto el gen único y que se repite en todo el clan, sin dejar a nadie sin su influencia: las mejillas redondas, voluminosas y caídas, que le dan a cada uno de ellos la cara de raja que se gastan cada día.

martes, agosto 28, 2007

50 y 50

Cuando se habla de 50 y 50, la primera idea que viene a la mente es la de la igualdad. “Mitad y mitad” o “miti-mota” como rezaba esa campaña de los ‘80s que dejó a toda una generación pegada con el vocablo, la misma que no puede decir “autoadhesivos” sin decir “calcomanías”. En un Chile en que la igualdad está lejos de ser una realidad, en que se realizan esfuerzos monumentales para que la mujer no gane un 30% menos por el mismo trabajo, en que las carabineras signifiquen lo mismo que un par masculino para el conductor ebrio, en que los hombres son mujeriegos y las mujeres putas, hay un 50 y 50, una mitad igual a otra. Si, es difícil pensar que en este país de tanta desigualdad social, de género y racial haya una equidad, pero la hay.

Esta equidad es una que forman sólo las mujeres. Si, el objeto de esta crónica es la de indagar en estas mitades femeninas; y no hablamos de que sean la mitad lindas o feas, tontas o inteligentes, viejas o jóvenes. Hablamos de la mitad de las mujeres en Chile que sufren de maltrato por parte de sus parejas. Triste ¿no?. Hace pensar... ¿qué pasa por la mente de estos imbéciles que creen que tienen el derecho de pegarle a su pareja cuando se les de la gana? ¿por qué creen que tienen el poder para mandar sin respuesta? ¿acaso alguna entidad gubernamental, la iglesia o simplemente la vida misma les dirigió su benévola gracia para maltratar y asesinar mujeres a su antojo?

Es extraño. Uno analiza y analiza y no encuentra explicaciones. Porque muchos dicen que es porque los hombres odian a las mujeres y su afán de control... entonces ¿por qué no matan a sus madres?; otros dicen que es por celos... ¿acaso pueden estar celosos si ella sólo ve la luz del sol cuando él la manda a comprar el pan?; otros reclaman falta de cariño y apego a su pareja... ¿decir te amo es quemarla viva?

Creo que no sólo odio la crudeza de la violencia que estas mujeres deben sufrir; odio la calma con que aceptan los golpes y soportan tanto por no estar solas; odio que la sociedad sólo lo tome como la muerte del día y no como un fenómeno social; odio que la familia siempre sepa y no haga nada por ayudarlas; odio que la noticia se desvanezca tan rápido por las arrugas y el botox de algún famoso; odio el maldito melodrama que arman estos asesinos, que luego de destripar a su conviviente se acuchillan buscando expiar sus culpas y gritan “yo la amaba”...

Esto es un mensaje para ti, golpeador de mujeres: ¡entiende hijo de puta que amar no es patear, gritar, golpear, acuchillar, quemar, asesinar o intimidar! ¡Tampoco lo son las amenazas a los hijos, abusar sexualmente de ellos o humillarlos hasta que quieran morir! Amar es entregarse y aceptar a quienes tenemos como compañeras cada día, con sus aciertos y errores, que nosotros también tenemos. Amar es dar y no esperar recibir, no es exigir lo que jamás fue tuyo y por las razones que sólo tu entiendas. Amar es algo bello, hermoso, es algo que tú jamás podrás tener, porque con ese odio, con esa violencia lo único que siembras es más odio, tristeza, amargura, miedo y desolación.

Y lo que más me duele es que si te veo en la calle, no podré reconocerte... podrías ser hasta mi mejor amigo...

jueves, agosto 23, 2007

Humberstone

Hace una semana estuve es Humberstone, llevado como parte del equipo audiovisual que Claudio Di Girólamo armó para grabar el documental sobre la 1ª Bienal de Arte en el Desierto, un evento que organizaron privados con el objetivo que diferentes artistas interviniesen Humberstone con obras propias y en su estilo. Así me vi embarcado en un avión a las 8 de la mañana del domingo, llegando al mediodía a Iquique y luego a Pozo Almonte, pueblo pequeño, pero muy acogedor, en el cual pernoctamos mientras trabajamos en la salitrera.

Me encantó. Debo decir que no sólo Humberstone, sino, el desierto, el norte, sus frutas y verduras (con sabor a fruta, no esas cosas insípidas que comemos acá), la noche helada, el día caluroso, etc. Los artistas con que fuimos, en su mayoría eran muy accesibles a la conversación cotidiana, muy pocas “estrellitas” con las que lidiar. La producción fue de lujo, se preocuparon de tenernos bien atendidos, alimentados y felices. Pero lo mejor fue mi vuelo en parapente. Por esas casualidades de la vida, el gran final del documental es la visión aérea del evento, de estas intervenciones, algunas de ellas no son comprensibles si no se ven desde el aire. Por esta razón, Paolo, amigo y compañero de tantos proyectos, debía subirse a un parapente con motor y grabar todo. Pero mi amigo no me dejó fuera: me llamó y me hizo volar antes, para que viera el proyecto con mis propios ojos. Y fue espectacular. Pocas veces uno puede darse el gusto de probar algo como esto: el aire, el viento, al sol, todo al alcance de la mano, y realmente estar volando, sin nada más que el viento por compañero. Una experiencia que sin duda recordaré por el resto de mi vida.

No quiero cerrar esta crónica (que más parece diario de vida) con la mención a los Humberstones, ese grupo de trabajadores que realizaron la extensión de las telas que en un futuro cercanos veremos desde Google Earth diciendo: “Esto no es América”. Fueron de los más aperrados, tipos que estuvieron 2 semanas a pleno sol, cosiendo telas, extendiéndolas, haciendo topes en el caliche, etc. Un grupo humano sin igual. Otros que nombrar por su puesto son Rubén, Hugo y Juan, quienes ayudaron a palear todo el salitre que sobraba en una montaña que depositaron sobre la obra que estaba terminando Rosa Velasco.

Gran grupo, buena gente. Fue muy gratificante trabajar en este proyecto. Espero que mi próximo proyecto sea en Punta Arenas, así puedo decir que conozco los extremos de Chile.

sábado, junio 30, 2007

¡Cómprate una sonrisa, Perico!

De todas las frases televisivas de los comerciales ochenteros, “¡cómprate un auto, Perico!” fue una de las más celebradas (sin olvidar “¿auto nuevo, Carlitos?”). Este comercial de crédito bancario hacía pensar que era muy probable para cualquiera comprarse un auto. Perico era la imagen del enamorado eterno que, sin mucha plata, cortejaba a su novia en su bicicleta. Cuando el comercial salió al aire se convirtió en un hito y todos los ciclistas recibían el mismo grito cuando pasaban (cosa típica del chileno promedio, sin muchas ideas y que copia la primera ocurrencia del vecino, haciéndola suya hasta el fin de los tiempos).

Bueno, los años pasaron y se hizo un remake en la tv de los noventas, donde nuevamente Nissim Sharim, el actor de los ochenta, salía como Perico en otras situaciones. Y llegaron los nostálgicos que aplaudían el retorno de un clásico, se invitaron a los protagonistas de comerciales célebres (como el que decía “ni me moví del escritorio”) a programas de renombre en horario prime como “Viva el Lunes” y se retomó el hilo de los comerciales con más humor, cosa que se mantiene hasta ahora.

Resalta entre las campañas actuales la que hace varios años viene haciendo Lipigas con su perro quiltro “Spike” y sus frases como “oh, my gasssss” o “puro caloooor” en tono huachaca, con un doblaje excepcional y una actuación del perro que deja a todo el mundo feliz. Una de las últimas entregas de esta saga fue la promoción para ganar un Chevrolet Spark amarillo gracias a los sellos de seguridad marcados en cada balón. El spot comienza con un ciclista que pasa por en frente del camión de Lipigas, al cual el perro le grita “¡cómprate un balón, Perico!” parafraseando al comercial ochentero. Bueno, el comercial es otro acierto en que el perro se roba la película y que, por lo demás, se agradece entre tanta mala campaña que tiene uno que aguantar en la tv diariamente, como esos spots de jarabe para la tos... ¡UF!

El problema se ha suscitado a los pocos días. La Agrupación de Ciclistas Furiosos, entidad creada con el fin de exigir los derechos de los ciclistas para obtener vías seguras y exclusivas, respeto del gobierno y los automovilistas, acciones ciudadanas y marchas al respecto (muchas de las cuales he apoyado moralmente), decidió que el comercial en cuestión “hace una referencia peyorativa a nuestro medio de transporte, aduciendo a una conocida propaganda de la década de los ochenta que alimenta la idea de que es un vehículo de menor categoría, ligado a una posición económica inferior”.

Bueno, hay algo que nuestros amigos ciclistas olvidaron: la bicicleta ES un medio de movilización más barato, ES de menor categoría por que no es motorizado y ES lo que muchas familias pueden pagar, a diferencia de un auto. No por eso, la bicicleta debe ser considerada como algo que denoste nuestra calidad de transeúntes movilizados que somos; es más, el ciclista es muy bien considerado por sus pares, como una persona esforzada, que busca bienestar, tanto para su persona como para el medio ambiente. Está bien que todos luchemos por nuestros derechos, pero ¿acaso la Asociación de No-Videntes reclamó por el comercial del ciego al que su perro lo lleva a la tienda de mascotas en vez de a la de CD’s de Jazz? NO. Tampoco reclamaron las mujeres cuando salieron las miles de campañas de toallas higiénicas o las de “le saco la sal” o la de la niña que pelea con todo el mundo porque no ha tomado su Tapal. Tampoco reclamaron los seguidores del budismo cuando el mono de Costa salía como sensei religioso que declaraba que la solución del hambre la tenía en su pecho, un costa kids que tenía guardado...

Y es que lo que molesta es que parece que la gente no sabe medirse; el luchar por un ideal no significa que debes dejar de reírte de tí mismo, que tienes que ser tan intransigente que pierdas el humor, que no sepas reaccionar, que intentes imponer tus pensamientos a cualquier precio. Significa que debes tener la amplitud de criterio para ver los pros y los contras de tu postura y la de tu contrario, que puedas aceptar críticas y hacerlas, que te importen las causas de otros; pero por sobretodo, que no pierdas la perspectiva y que, en último caso, sencillamente sólo te rías del perro que habla sobre lo bueno que es el gas de Lipigas.

Así, a todos los ciclistas furiosos les digo ¡CÓMPRATE UNA SONRISA, PERICOOOOO!

lunes, mayo 28, 2007

El colmo de los colmillos

Es probable que en el mundo no exista un juego más hermoso y lleno de matices como el fútbol. Sé que suena horrendamente machista y arcaico, pero para mí el fútbol es uno de los deportes más entretenidos de ver y que realmente despierta todas las pasiones.

Este deporte tiene la gracia de hacer que distintos países disputen un mundial, cada cuatro años, que paraliza al mundo. Una fiesta a la cual nadie queda ajeno y que en su próxima versión visitará Sudáfrica.

Lo que más me gusta del fútbol es el mundial y por ende las clasificatorias para éste (nótese que escribí clasificatorias y no eliminatorias; es parte de mi campaña antiderrotismo del fútbol chileno). ¿Porqué me gustan las clasificatorias? Porque el aspecto de local y visita se ve en toda su magnitud. Uno puede ver partidos en que el local arrasa por su calidad o porque su estadio está a mayor altura que la que están acostumbrados sus adversarios; o porque sencillamente el frío, la humedad o el calor son parte de los factores que acosan a los visitantes a estos encuentros.

Debo reconocer, muy a mi pesar, que somos regulares en esto del fútbol mundial. Tenemos, además, a dos de las mejores selecciones del mundo en esta parte del mundo, las cuales nos arrasan cada vez que pueden. Pero de todas maneras los matices geográficos y de la idiosincracia de los pueblos hacen que los milagros se den.

Es por esto que lo que hoy he escuchado en las noticias lo encuentro el colmo. No es posible que tanto brasileños como argentinos necesiten de otra ayuda extra, teniendo el talento y la capacidad con que cuentan en sus respectivas selecciones. Sucede que ahora la FIFA (grupo de maleantes con corbata) decidieron que los partidos de las clasificatorias no se pueden jugar en lugares a mayor altura que 2500 mtrs. Perdón, pero casi toda Europa y África no están a esa altura... Asia no cuenta no selecciones que graviten al momento de clasificar a un mundial, por lo que nuestras miradas se dirigen a los únicos verdaderamente beneficiados con esto: Brasil y Argentina. Claro, a los lindos no les gusta jugar en La Paz o en Quito, se apunan y no pueden ganar por goleada y se deben conformar con un 1-0 o un empate... qué pena, cuando todos lo otros partidos son pan comido.

No entiendo. Los pobres bolivianos no podrán jugar en su país como local. ¡Cómo es posible que se margine a un país por vivir muy arriba! Se aducen problemas físicos, que podrían atentar contra la salud de estos profesionales, pero ¿cuantos jugadores han muerto en La Paz? CERO. Recuerdo que en Europa hace un par de años los jugadores caían muertos en la cancha, pero nadie sacó una ley para no jugar durante las olas de calor...

Así que estoy furioso. La FIFA no puede ser tan déspota, manipuladora y parcial como siempre lo ha sido. Esto debe cambiar. No sólo por Bolivia, Ecuador o Colombia, sino también por todos los que nos hemos visto afectados por sus arrebatos de favoritismo. Nadie recuerda ya que el escándalo del Cóndor Rojas fue en Brasil, con casi puros brasileños involucrados, en un partido que Chile empataba allá y dejaba muy aproblemado a Brasil para clasificar a Italia 90. Que rara forma del Cóndor de ayudar a Chile... y la FIFA deja marginado a Chile por 2 mundiales. ¿Raro, no?. O la goleada que necesitaba Argentina el ’78 para llegar a la final y que extrañamente se produjo exactamente igual a lo que aspiraban...

La mafia del fútbol hace rato que empaña este hermoso deporte. Ya es hora de sacar tanta maleza y tener un pasto para jugar como la gente.

jueves, mayo 17, 2007

Los cuentos de hadas

Hablar de la infancia es hablar de todos nuestros recuerdos fantásticos, nuestros momentos mágicos en que todo era posible, en que un transformer, la espada de Luke Skywalker o los Varitech de Robotech eran el sueño y la realidad de nuestros días. Pero aunque la televisión se volvió nuestro referente más inmediato a la hora de nuestros juegos infantiles, los cuentos de hadas seguían, en un rincón muy alejado de nuestra memoria, otorgando moralejas y sabiduría cuando los leímos en nuestra más temprana niñez. Muchos consideran que tales moralejas les han servido hasta el día de hoy. Bueno, yo no lo comparto.

Sí, porque para quienes leímos esos cuentos de hadas, de princesas sin príncipe y de un cuánto hay de malvados, el mundo se nos mostraba como un blanco y negro, un alto contraste sin variantes, como una foto del Che. Los malos eran tan malos que se veían malos y lo buenos tan buenos que sólo se podían ver aún más buenos. Por eso, nuestros parámetros de belleza se basaron en esos cuentos: los malos son feos, con bigotes o barbas, peludos; las brujas, viejas feas y con verrugas; las princesas son todas bellas y virginales; los príncipes, hermosos galanes de blanco corcel y frondosa cabellera que huele a hierbas silvestres; los reyes, seres nobles a los cuales el pueblo adora sobre todas las cosas.

Bueno, la realidad hizo que comenzáramos a ver las cosas con otros matices, esos que hacen que la vida sea un poquito más complicada de entender, pero lógica al fin y al cabo. Sí, porque ponerse a pensar en una niña que dejó crecer su pelo a tal punto que lograba llegar hasta la base de la torre donde vivía encerrada (Rapuncel) hay que ver que la solución de que el príncipe subiera era muy idiota. Primero: díganme cuándo una mina se ha dejado el pelo igual durante más de 3 meses; segundo: jamás dejarían que les tiráramos del cabello (y no porque no lo hagan entre ellas); tercero: al llegar finalmente arriba, el príncipe vería que están encerrados y no la salvaría, se la comería antes de que la bruja volviera y se tiraría por la ventana lo más rápido posible.

Claro, porque en nuestros parámetros actuales nadie cree que una mina se duerma 400 años, al cabo de los cuales un príncipe la besá. Bueno, en la realidad, si es que el Estado no expropió hace rato el castillo y enterró a los inertes en una fosa común, el príncipe se encontraría con un polvoriento cuerpo de una vieja de 400 años, por lo que el beso sería lo último que este noble caballero haría. O en el caso de Blancanieves, apostaría a que cuando mordió la manzana todos los enanos aprovecharon la oportunidad; además, al besarla el príncipe ¿no se enveneraría con los restos de manzana en la boca de la durmiente? Además el tufo te lo encargo...

Contemos además que el patito feo es un bloof. ¿Cómo es eso de que creció y era cisne? La moraleja no va entonces en que si eres feo, al crecer serás bello; quiere decir que si fuiste adoptado por una familia fea y tus papás era bellos, muy posiblemente serás hermoso en relación a tu familia. Porque lo único que le queda al pato feo, que realmente es pato y no cisne, es hacer ejercicio, cambiar el look y esperar a que una pata pechugona se fije en él. Nunca aspirar a ser cisne ¡porque es genéticamente imposible!.

Por eso que los cuentos de hadas se los leen a niños cada vez más precoces. Porque están tan descontextualizados que es imposible aplicarlos hoy en día, ni siquiera como un referente idealista. Sucede que los malos muchas veces son bellos, que los reyes son corruptos, que el pueblo odia a quienes los gobiernan, que las princesitas son putitas con plata y que los patos son patos, no perros, gatos, caballos o cisnes.

Y el burro no toca la flauta, eso está más que claro.

viernes, abril 20, 2007

Carta a Cho Seung-Hui

Hola Cho:

Creo que es imposible decir lo impresionado que quedé contigo. Al principio, cuando mostraron las imágenes de la masacre, creí que sería un típico gringuito blanco lleno de espinillas que se había vuelto loco creyéndose “Neo” de “Matrix” y había matado al resto de su clase como en Columbine. Incluso pensé que sería un negro o un árabe, jamás se me ocurrió pensar que un surcoreano tendría las agallas de hacer historia de esta forma.... Supongo que agallas es una palabra que te gusta ¿no? Claro, porque no sólo buscaste venganza, sino también reconocimiento y fuiste frío para planificarlo todo. Te sientes héroe, ¿no? Así debe ser por limpiar el mundo de tanto ricachón maldito y mujeres que no toman a nadie en cuenta ¿no?.

Seguramente, si estuvieras vivo, te encantaría leer lo que antes puse. Claro, te llevaría a pensar que estoy completamente de acuerdo contigo, que creo que eres una especie de salvador y que dejaste un mensaje claro para quienes te quieran seguir, una especie de héroe y mártir moderno, ¿no? Pues fíjate bien, asesino de mierda. Te hablo con el mayor cinismo que puedo, porque sólo tengo repudio y rabia en mi corazón. Me harté de que aparezcan locos imbéciles como tú, que deciden que “como la sociedad no me acepta o no me da lo que quiero, la destruyo”.

Te voy a informar de un par de cosas, coreano. La gente en el mundo vive desdichada la mayor parte del tiempo. Sí, todos hemos sido rechazados, las mujeres no son como en las pornos, los estudios no te hacen ricachón, la fama es una utopía para el que tiene un talento medio o no tiene pitutos y el bulling es pan de cada día en todo el mundo, no sólo en USA. La gente se mata trabajando de sol a sol por una mierda de plata, la sociedad no permite que todos surjamos por igual, la pobreza es un cáncer que sigue su avance a pesar de los esfuerzos y para más remate está el calentamiento global. La delincuencia nos quita lo poco que atesoramos y nadie hace nada por mejorar.

Sé que todo lo que puse antes debería hacerte pensar que entonces tu posición está bien, que el destruir o matar a la sociedad es la única opción. Pero no, todos vivimos en el mismo cuento y todos a veces tenemos ganas de mandar todo a la mierda, pero no lo hacemos, somos capaces de pensar en prural. Sí, tú y los asesinos de tu clase tienen un singularismo único. Son una tropa de narcisistas que quieren que el mundo se postre a sus pies, reverenciando una genialidad ausente, una mente atormentada que lo único que busca es reconocimiento. Pero claro, como no eras capaz de ser un buen escritor, como no pudiste conquistar mujeres , como no hablabas con nadie, no tenías amigos y eras feo, pensaste “al carajo, los mato a todos”. ¿Sabes? Hay veces en que otros tienen el mismo pensamiento y hacen algo más valiente: se suicidan. Sí, se matan para dejar de sufrir por ello, no matan al resto porque no lo quisieron o consideraron en la forma que ellos buscaban. Y los héroes son aquellos que logran que sus ideales, sus genialidad cambian a la sociedad con hechos constructivos, no matando a gente inocente.

Y ahora, por tu culpa, vendrá el juicio moral a todos aquellos que no te escucharon, al que te vendió la pistola, al profesor que no analizó tus escritos con detenimiento y al doctor del sanatorio que te dio de alta; se quemarán los videojuegos que usabas para pasar tu tiempo libre y los niños serán castigados si juegan a “policías y ladrones”. En tu pequeña mente de ególatra enfermo pensaste que al grabar una serie de frases idiotas sobre “los voy a matar, ricachones” y etc, etc, etc dejarías una huella para el futuro. Lo único que hiciste, imbécil, fue matar personas que ni siquiera te conocían, terminar con un profesor escapado del holocausto, asesinar a mujeres a las que no tenías porqué gustarles y manchar de sangre el piso de la universidad que creyó en ti, que te aceptó como a cualquiera, porque pensó que podías ser alguien. Así que te informo, niñito del ego enorme, que quedaste como un enfermo, como el loco de atar, como el inadaptado inútil que jamás sirve en la sociedad, es decir que tu matanza te dejó donde mismo, apartado, odiado y rechazado.

¿Era necesario entonces matar a 33 personas para corroborarlo?

miércoles, abril 04, 2007

Perdido en LOST

Me juré y rejuré a mí mismo que no me volvería a pasar, pero me pasó.

Hace unos años dejé de mantener una vida social activa, me encerré en mi casa y al llegar de la pega no hacía más que encender la cajita idiota y ver mis series favoritas, esas que me esclavizaban cada día a sintonizar el canal debido. Así me mantuve durante ese año entre “Seinfeld”, “Everybody loves Raimond”, “My wife and kids”, “CSI” (Las Vegas y NY), “Alias”, “King of Queens”, “Cold Case” y alguno que otro especial. Mis días transcurrían entre canales, entre héroes, espías, idiotas consumados y risas grabadas a destajo.

Al cabo de unos meses en que el teléfono dejó de sonar por que mis amigos ya no encontraban el modo de sacarme de la rutina y cuando el único panorama era ver tele, me dí cuenta que no era posible para mí seguir manteniendo este estilo de vida; subí varias tallas de pantalón, dejé de hacer ejercicio, dejé de ir a bailar, dejé de tocar la guitarra, dejé de hacer las cosas que me gustaban.

Fue entonces cuando decidí parar el cuento y definir mi actitud televisiva de ese momento en adelante. La fiebre de los realities ya no era mi problema, las series que veía (muchas de las cuales se cancelaron o simplemente se terminaron como “Becker”) dejaron de atosigarse en mi programación para pelearse mi atención y las películas comenzaron a ser una alternativa. Así que cambié la tele por el cine y, aunque con mucho menos probabilidad de hacerlo seguido, comencé a ir al cine. Y al salir de la casa volví a visitar a mis amigos y a salir de carrete. Claro que no dejé de ver CSI, porque si una serie tiene en su banda sonora a “THE WHO” no puedo dejar de verla.

Por eso cuando el fenómeno LOST apareció no lo pesqué ni en bajada. Debo decir que me parecía absurdo tanta devoción, que todo el mundo viera una serie que parecía “EJE”, porque nadie te podía contar nada, tenías que verla. Entonces, al igual que a “EJE” la mandé a la reverenda chucha. No me interesaba la idea de esclavizarme nuevamente por una serie.

El tiempo pasó y este año (cuando ya están en la tercera temporada) la jefa de mi mujer le ofreció la primera temporada para que la viéramos y decidiéramos si nos interesaba. Cuando esos DVDs cruzaron la puerta de mi casa el virus entró con ellos, la infección LOST se introdujo en mi hogar y ya no puedo exterminarla. Nos comimos los 24 capítulos en 2 semanas, no salimos a ninguna parte, pasamos varios días en cama viendo tele. Y pasó lo mismo con la segunda y el inicio de la tercera. Incluso esta semana bajé los capítulos que recién se estrenaron en USA por que ya no soportaba la espera...

¿Qué me pasó? Que hace rato no veía una serie tan bien armada, con una red de tramas excelente, con personajes bien pensados, pero sobre todo con historias bien armadas, no sólo en la trama de cada capítulo, sino en el pasado de cada personaje, en su papel en este gran plan final, que no sabemos hacia donde nos lleva.
Así que sí. Caí. Me perdí para siempre en esta isla con escotillas oxidadas y monstruos de humo. Espero encontrar la salida algún día.

Namaste.

domingo, marzo 11, 2007

El mes del horror

Un mes. Ese fue el plazo que me dí para hablar sobre Transantiago. Esperé pacientemente desde el 10 de febrero, mientras en su primera semana todo el mundo lo atacaba; enmudecí mientras las personas se agolpaban en los paraderos a esperar micros que jamás pasaron; ni siquiera musité alguna palabra cuando echaron a personas de sus trabajos por llegar tarde o cuando los validadores les robaban la plata a esa pobre gente. ¿Por qué? Porque no quiero pecar de chileno mal agradecido. Siempre somos los primeros en desprestigiar todo, reclamar por todo y no hacemos nada para mejorar, esperamos que las cosas sucedan.

Bueno, como no quiero ser ese tipo de gente, esperé un mes, un plazo razonable, para analizar a nuestro vilipendiado nuevo sistema de transporte urbano. Este sistema, basado en un armado de sistemas indonesio y colombiano, fue la mezcla de ideas y proyectos de superación a un sistema caótico. Sí, aceptémoslo. Aunque tengamos algún recuerdo vago de buena época respecto a las micros amarillas, debemos admitir que no eran un buen sistema, que atochaban las calles, las micros parecían camiones y que el servicio parecía sacado de otro planeta. (uno muy rasca, por cierto)

En esta vorágine de cambios que se produjeron a la llegada de este sistema, nadie notó las falencias que tenía: baja cantidad de recorridos para suplir los que anteriormente cubrían la ciudad; pasaron la licitación capitales colombianos y varios de los mismos usureros y tramposos empresarios chilenos que habían lucrado a costa del sistema anterior; la tardanza en la aplicación del sistema; problemas en el software validador; problemas con las entidades bancarias; pocas micros para suplir la demanda; un metro con más líneas y carros que nunca esperó la marea humana que se le venía encima; unas mujeres que jamás pensaron que en el metro serían acosadas como perras en celo.

¿Porqué me da rabia? Porque como siempre, las cosas en Chile se hacen a medias. Así jamás podremos reclamar contra las bestias de empresarios que controlan el país, si nuestro gobierno usa la misma ley del embudo y mira con lentes prestados para no gastar de más.

El proyecto original era basado en Brasil y ocuparía a una empresa francesa que tenía el trazado completo de todo Santiago para lograr el objetivo. Ponían máquinas de última generación, capacitaban a los choferes y no subirían el pasaje en un principio. Extrañamente no se les llamó a la licitación final y no se les permitió competir con los buitres que ganaron. El software del sistema iba a ser diseñado por una empresa mexicana que junto a Sonda lo implementarían (probado en varios países sin problemas); bueno, para ahorrar costos, dejaron hasta la mitad el desarrollo y dijeron “nosotros lo terminamos, sale más barato”, lo que resultó en un ladrón computarizado e inútil. Las micros serían de última generación, donde los chilenos “viajarían cómodos”; a cambio llegaron una flota de micros chinas, con frenos de camión que al intentar detenerse pueden dejar un pasajero pegado al parabrisas de por vida, con espacios ocupados por cajas que contienen no sabemos qué cosas y con asientos tan altos que tengo que saltar para subirme a ellos.

La gente reclama con justa razón: se levantaron temprano, llevaron el puto mapa que es más grande que uno para entender por donde chucha se va uno para llegar a donde a ido por años, compraron la famosa BIP! para pagar el bendito bus... pero nunca llegó. No sólo porque los buses no estaban, sino porque el sistema no estaba listo, nosotros no lo sabíamos y como siempre tuvimos que agachar el moño.

¿Por qué no me extraña? Porque Chile tiene la tradición de hacerlo todo a medias, de sentirse orgulloso de ser terceros, de disfrutar una derrota con Brasil, de apoyar los logros de otros países como si fueran nuestros cuando esos países ni siquiera nos conocen, de imitar a otros en vez de ser auténticos, de empezar y jamás terminar, de buscar logros ridículos como el chaleco más grande del mundo o el completo más largo, cuando existen miles de familiar en nuestro territorio que no tienen abrigo ni comida.

¿Y aún así reclaman porque no funcionó Transantiago? En el fondo todos sabíamos que también sería un logro a medias.

sábado, febrero 24, 2007

La Periodista

Hace tiempo que estoy chato de una persona que ocupa la televisión para su labor de "periodista" y que realmente no aporta en nada. Me refiero al ente andrógeno de Pamela Jiles.
Esta tipeja que se llena la boca con su frase de"soy periodista" o "yo, como periodista..." ha ocupado la pantalla de nuestra televisión criolla para decir una tonelada de sandeces, atacar a destajo a todo el mundo y para refregar su gastado y amarillento cartón de periodismo que a nadie le importa en lo absoluto. Se jacta de haber trabajado en Informe Especial, programa del cual la echaron por floja, por dejar que su equipo le hiciera la pega y ser completamente despótica con ellos. Presume de haber cambiado el periodismo, de enfrentar a la dictadura, cuando ella misma no se atrevió a usar la pantalla de IE para hacer las denuncias de las cuales tanto habla. Ella misma cree que marcó un hito con su "estilo" con esa forma casi drogada de hablar, con la mirada perdida y con una mueca que asemeja un aire de superioridad, el cual sólo le alcanzó para hacer un programa en el que invitaba a sus entrevistados a bailar mientras les preguntaba idioteces (y no fue un piloto, salió al aire).

Esta mujer, sin ningún valor periodístico, volvió a la palestra por escribir un libro sobre las experiencias sexuales de las chilenas, que no resaltó por su contenido sino por la foto de su trasero con una inmensa pluma rosada que pasaba entre sus carnes. Eso la llevó a programas de toda índole, donde su absurda perorata del periodismo se hizo escuchar de nuevo ante nuestros oídos algo cansados de tanta verborragia vacía.

De ahí no ha parado. Se ha paseado por distintos canales con su pose de crítica social, de transgresora al peo, cayendo en el programa de farándula del SQP, donde tanta sandez es apoyada por su equipo.

Hoy rayó en la estupidez máxima. Atacó a Gustavo Ceratti por tocar un "rock de derecha" y "se parte de la dictadura que dio muerte a 30.000 personas". Perdón, pero el haber tenido la oportunidad de surgir en la música durante los últimos años de un régimen dictatorial en Argentina y seguir con su carrera durante el resto de los periodos democráticos sucesivos, no lo convierte en un tipo que apoya a las dictaduras. También tocaba con mucho éxito en esos años Fito Páez, Riff, Sumo, Virus y el resucitado Carly García, ninguno de los cuales es catalogado de apoyar una dictadura. La única razón por la que Ceratti y el resto surgió fue por la prohibición de escuchar música en inglés. Además si es por tocar en tiempos de dictadura, deberíamos decir que todos los grupos chilenos de los 80's, incluidos los Prisioneros, al haber sido famosos, apoyarían al régimen; cuanta mentira tendrían estos dichos ¿no?.

Otro que la secunda es JM Villouta, un tipo amargado que ataca demasiado en la forma, pero sin ningún fondo en especial.

Este "periodismo" que tanto han difamado al llenarse la boca con él y que enlodan cada día en un programucho de farándula donde el tema más importante es si el implante de silicona de alguna modelo es mejor que la operación de nariz de tal o cual animadora, es lo que me enfada sobremanera. Porque la mierda en pantalla ya es suficiente, no necesitamos ver a estos escarabajos que viven de la misma mierda, lanzando ataques y escudándose en su cartón de periodista.

sábado, enero 20, 2007

Las 7 diferencias

Hay muchos que opinan que Chile es un país con poca fuerza, que siempre apabulla y que, por sobre todo, no progresa intelectualmente en el grueso de la masa. El país crece, pero sólo económicamente y la gente se mantiene en su inexplicable “levedad”.

Digo esto porque hace poco viajé a Salvador de Bahía, en Brasil. Sí, fui a Brasil, ese país que dije sería mi último destino en Latinoamérica después de Bolivia. Sí, porque con todo lo que uno escucha del calor, los animales, los bichos y un cuanto hay, empieza a hacerse la imagen de un país inhóspito en que sólo lo indios janomamis y los negros pueden sobrevivir. Pero eso es cuando uno no lo conoce. Nos decidimos viajar a Salvador por ser un destino barato, con cultura y entretención, playa y arquitectura, es decir, no queríamos tirarnos de guata al sol para que después nos viéramos como jaibas.

El viaje fue directo, 6 horas en los asientos menos reclinables del planeta, en que uno trata de dormir y despierta entra las turbulencias, los llantos de los niños, el apoya brazos que gentilmente se incrusta en nuestras costillas para que no caigamos, el viejo que quiere sacar algo de su bolso y se le cayó todo encima tuyo y otros tantos imponderables dentro de la aeronave. Finalmente arribamos a las 7 AM a Salvador. El aire húmedo hacía respirar mal al principio, pero todo era solucionable con un buen cigarro matutino ¿no?. Luego de la espera de los transfers y el viaje de la muerte con Nicky Lauda al volante, llegamos a nuestro hotel. El check in era a las 14:00 y como eran las 8:30, tuvimos que dejar os bolsos y recorrer.

No relataré todo el viaje, pero es éste momento en el que comencé a ver las diferencias entre brasileños y chilenos, que nos hacen tan hiperquinéticos y a ellos tan relajados.

1.- El calor. Nadie puede andar apurado con ese calor que se te cuela por la piel y los poros y no deja casi respirar. Bueno, cuando hay aire acondicionado pasa sin problemas, pero en la calle... ¡UF!
2.- El cuerpo. Estos tipos hacer ejercicio todo el día; trotan mañana, tarde y noche, sin importar qué hora sea ni la temperatura. Había hecho ejercicio durante el año para no llegar fofo y allá di pena.
3.- Las pichangas. Hasta el más malo juega bien. Hacen equipos con cualquiera y se entienden a la perfección. Otra cosa: no hay gritos. Esos típicos “¡acá, acá, tírala.... da el paso, hueón!” y toda sarta de instrucciones que vuelan a los cuatro vientos, aquí sólo son un mero recuerdo. El único grito que escuché fue el de gol. Además los arcos son de máximo 1 metro de ancho.
4.- La comida. Entre tanta mezcla de camarones, pescados, porotos, tapioca, mandioca, coco, guayaba, piña, melón rosado, sandía, longanizas, salsas y demases, logran una dieta que simplemente deja exhausto al más comilón.
5.- La digestión. Con tanta fruta uno va al baño mínimo 4 veces al día. Creo que jamás había ido tantas veces al WC.
6.- El día. Amanece a las 5 de la mañana, por lo que la gente funciona a las 8:00 como si fuese mediodía. El día rinde muuuuuuuucho.
7.- La noche. Se oscurece a las 6:30, por lo que el happy hour o la “hora felice” comienza mucho antes y además, con el calor, da lo mismo si te quedas hasta muy tarde. La cerveza es la bebida obligatoria para toda la jornada, por lo que en la noche se puede estar aún más relajado.

Bueno, al cabo de esta revisión es obvio porqué estos tipos son más relajados. Tal vez el clima no lo podamos traer a Santiago, pero harto bien que nos haría relajarnos un poco más, con camarones y cerveza. ¡Salud!