martes, abril 28, 2009

Casa sobre ruedas

Cuando Alejandro Chávez de “Viva la mañana” hizo el primer contacto con el estudio central durante las primeras horas de hoy, comenzó a hacer la revisión en terreno de una denuncia que los vecinos de Estación Central había realizado por el hallazgo de un camión abandonado luego de los operativos antidrogas de las policías en los barrios del sector centro y poniente de Santiago. El robusto periodista se acercó al vehículo completamente rayado buscando explicar que los vecinos temían por el estado del mismo, que se había convertido en el refugio de varios vagabundos y que pronto se podría convertir en un foco de delincuencia para el barrio. Mientras en el estudio explicaban nueva e innecesariamente la situación, Chávez llegó junto a la puerta del camión y escuchó movimiento en su interior. Con mucha autoridad llamó y le pidió a la persona que habitaba el camión que saliera a la calle y le explicara por qué se había apropiado del vehículo. El hombre que se notaba bastante joven, se negó en un principio al ver la presencia de cámaras de TV. Pero Chávez insistió, buscando encarar a lo que presumía un indigente drogadicto.

Mientras en el estudio lanzaban la cortina comercial de turno, Chávez logró que el vagabundo saliera del camión. Era un joven que bordeaba los 20 años llamado Sebastián, que de forma muy educada y muy buenos modales comenzó a explicar por qué se encontraba en ese lugar. Su madre engaño a su padre cuando él tenía 3 años y se fue de la casa con su amante. Como éste no quería al niño, ella (la madre del año) lo entregó a unos tíos que se hicieron cargo de muy mala gana. Fue así como este niño se esforzó por sacar sus estudios adelante hasta que, en enseñanza media y con 14 años, se fue de su casa porque no soportaba el trato que recibía. Así deambuló por muchas partes, desde casas de amigos, familiares, hogares e incluso la calle. Trabajó en todo lo que pudo. Y conoció a una niña de nombre Charlotte a quien dejó embarazada y que dio a luz a su hijo Kurt que ahora tiene aproximadamente 1 año. Sebastián tenía trabajos temporales hasta hace unas semanas cuando lo echaron y no tuvo más que quedarse a la espera de un nuevo empleo. Como la vida no había sido buena con él era obvio que no tenía un lugar digno donde vivir. Hace unos 6 meses encontró el camión abandonado y lo hizo su hogar.

Charlotte por su parte fue abandonada a los 10 años por su madre en un hogar, donde estuvo hasta los 16, cuando empezó a trabajar. A los 17 conoció a Sebastián, se enamoraron y quedó embarazada. Como quería superarse, mientras avanzaba su embarazo hizo su enseñanza media hasta segundo año medio en un 2 en 1. Trabajó y estudió hasta que tuvo a su hijo. Fue ahí cuando la necesidad la obligó a ir a un hogar. Se quedó por 6 meses en él hasta que tuvo que retirarse dejando a su hijo, ya que no soportó el tener que escaparse cada vez que quería que Sebastián viera a Kurt. Como no tenía hogar, Charlotte se fue al camión, mientras buscaba un trabajo que nunca llegó, ya que a pesar de tener 18 años su apariencia física es de una niña de 15 y además no tiene una dirección real, por lo que los empleadores no se arriesgan a contratarla.

Chávez y los animadores del estudio estaban pasmados. No podían dar crédito a lo que oían. Dos jóvenes esforzados clamaban por una oportunidad y el mundo les daba la espalda sin mediar palabra. Las gargantas flaqueaban en los conductores del matinal y Chávez buscó que los jóvenes tuviesen algún tipo de ayuda para solucionar su problema. Desde el estudio la blonda Hansen llamó al público a estirar la mano solidaria que tanto dice tener el chileno, pero que tanto se extraña cuando no hay Teletón. Y comenzaron a sonar los teléfonos, la gente del barrio salió a la calle, incluso los mismos que habían denunciado la situación se acercaron a ver a quienes necesitaban de tanta ayuda. Se acercaron con comida y buenas intenciones, mientras en el estudio daban la mención de rigor al suavizante de ropa y volvían con una llamara de un hombre dueño de una panadería en Estación Central que le ofrecía a Sebastián un trabajo que con el tiempo hasta podría llegar a ser un panadero de oficio. El joven se alegró, Chávez se emocionó y Hansen y Lindorfo tragaron saliva evitando que una lágrima se asomara a sus ojos. Fue entonces cuan un segundo llamado fue puesto al aire. Un  hombre mayor les contaba que vivía solo hacía varios años porque sus hijos se habían ido y tenía una casa en la que tenía un departamento aparte con dos habitaciones amuebladas. Cuando vio el contacto del matinal vio en Sebastián a su propio nieto de igual nombre y decidió que era hora de dejar la soledad y entregar este lugar a los jóvenes del camión. Les ofreció una habitación, un hogar y el punto de partida para una nueva vida. Todos aplaudieron, mientras los jóvenes sonreían sin poder creer que todo esto les estaba ocurriendo; Sebastián recordaba que no había querido abrir la puerta hace un rato y que quizás si se hubiese seguido negando no habría obtenido nada de la comunidad.

Y luego de esto, vinieron las sonrisas, los abrazos, los datos tras cámara y los comerciales, esos que también veían las personas que ahora se acercaba con comida y gestos de apoyo a favor de quienes hasta hace un hora eran una amenaza para todo el barrio.

Da para pensar… ¿no?

miércoles, abril 22, 2009

Este muerto se entierra solo

Hace tiempo que la carrera presidencial se viene viendo como una pugna entre dos coaliciones. Es sabido que los independientes, disidentes y demases no son considerados opciones porque el chileno promedio no se permite riesgos de ningún tipo. Como dice el dicho “mejor diablo conocido…”

Bueno, en parte por esta razón y en parte por otros factores, Frei es el único candidato que va en contra de Piñera. Y el candidato de la derecha se siente con todo el poder para aplastar tal amenaza. Hasta que se le ocurrió comenzar la campaña en serio.

Y ahí es donde salta la frase: ¿quien te asesora, Seba? Porque nadie puede estarte asesorando si te vas a meter a la casa de una niña que murió baleada en el transantiago y tiene parientes que están metidos en el partido comunista, el barrio es marginal, jamás has entrado en esa comuna,etc, etc. Y luego de esa chambonada donde nadie te llamó, donde te gritaron todos los rosarios que caben en una catedral, se te ocurre hablar en una radio chica de pueblo y decir que si la hija del Ministro de Hacienda hubiese sido una hija de vecino cualquiera, estaría muerta.

¿Quien te asesora? parece que nadie. Porque no sólo te metes en las patas de los caballos: además hablas con propiedad de temas que no conoces; te frotas las manos frente a la moneda cuando en las elecciones pasadas Chile ya te dijo que no te quería; buscas alianzas con ex-demócratas cristianos y dirigentes regionales independientes en desmedro de tu aliado de toda la vida; apareces en televisión en todos los canales haciendo de todo por figurar incluso teniendo tu propio canal.

Y aún así, estás perdiendo popularidad. Claro, porque la gente ya no es como antes, se siente con el poder de increpar a todos quienes les mienten, a quienes prometen y no cumplen, a llevar a la justicia a los estafadores, a los coludidos y a los que se lavan las manos. Chile es muy distinto al de principio de los ‘90, al que alguna vez vio Piñera como los rieles de su locomotora, la que una y otra vez se ha descarrilado en este largo camino de 20 años en busca de la presidencia de Chile.

Y si sigue dando estas declaraciones y haciendo estas ridiculeces, de seguro serán 20 años más.

sábado, abril 04, 2009

Crónica de una muerte anunciada

Cuando vi por primera vez su cara en la televisión, en los albores de este año, vi la muerte en sus ojos. No se cómo explicarlo, pero siempre supe que Felipe Cruzat, el niño que esperó durante meses un corazón que nunca llegó, se iba a morir. Algo me hizo sentir que tenía la muerte grabada en su rostro. Lamentablemente el tiempo me dio la razón.

Felipe dejó este mundo a pesar de todos los esfuerzos que su familia, los médicos, los organismos gubernamentales e incluso los equipos médicos de otros países hicieron todo para evitar su muerte. Y lo que más duele es que pudo haberse salvado. No es necesario que le demos muchas vueltas al asunto: el chileno es miedoso y cagón. Se llena la boca con que somos un país solidario, que nuestra gente es acogedora y que siempre da lo mejor de sí; pero al final del día, siempre nos damos cuenta que los chilenos son bastante egoístas. Y no hablo sólo del corazón que nunca apareció, hablo de la poca importancia que todos le dan al problema.

A nadie le importa porque a nadie le interesa la desgracia ajena. Sólo esperamos que pase para después demostrar con lágrimas en los ojos que realmente sentimos pena por el caso. Pero la pena no sirve de nada. La pena es pena, no son leyes, no es una nueva forma de pensar, no da un giro a todo lo conocido. La pena es como el miedo, paraliza. Y lo hace a tal punto que cuando se nos quita nos olvidamos de la razón de nuestra tristeza y volvemos a ser los mismos tipejos cagones de siempre.

Pero esperen todos el momento en que les pase a ustedes. Cuando le toque a tus padres, tu pareja o tus hijos, seguramente vas a cambiar de opinión y correrás a pedir un transplante, abogarás por la ayuda del gobierno, invocarás a Dios y su divina providencia para que tu familiar soporte todo. Y seguramente tu pariente se va a salvar, pero no por tus ruegos. Se va a salvar por la ley “Felipe Cruzat” que es un proyecto que se está votando en el congreso para que todos seamos donantes, excepto quienes firmen un papel en que admiten que no lo quieren ser. Es la única forma que se les ocurrió para remecer a la masa de flojos, ignorantes, indolentes o simplemente indiferentes que llena nuestra sociedad. Y tal vez no sea mala idea. Porque al chileno le gusta esperar todo. Le encanta que piensen por ellos, voten por ellos, les digan que hacer, cuando y donde vivir y bajo que parámetros su vida se debe mantener. El chileno no quiere cambios, los espera.

Por eso me da rabia. Porque Felipe murió esperando. Murió por la indiferencia de todo un país que habló de qué había que hacer, pero que nunca hizo nada.