miércoles, noviembre 09, 2016

La caída de la cordura

Es cierto, me sorprendió. Yo creo que como a todos en el mundo. TRUMP PRESIDENTE. Si, tal como lo lee. El narcisista, misógino, mal hablado, prepotente, antigay, xenófobo y megalómano multimillonario logró hacerse del poder a través del sistema mal llamado democrático de elecciones que tienen los gringos.

USA cometió su más grande error. No estoy hablando de no haber votado por Hillary. Ella es harina de otro costal, aunque realmente venga del mismo molino que Trump. Estoy hablando de qué es lo que ganó en esta elección. USA no votó por Trump, votó por el odio que encarna. En una sociedad como la gringa, aún más alienada por los medios que la nuestra, en la que no se puede separar la realidad de los realities, en que siguen pensando que son los más poderosos del mundo aunque tengan una deuda externa catastrófica, lo que Trump llevó a la palestra es la cachetada del blanco red neck racista de los 50. Porque el discurso trumpiano se basó en eso: atacar a los musulmanes, las minorías sexuales, denostar a las mujeres y acusar a los latinos de todos los males posibles. Trump levantó la bandera confederada y se subió al General Lee de los Dukes de Hazard para unir a un pueblo que estaba harto de saber que sus industrias no funcionaban y se iban porque la mano de obra es más barata en otros lados.

Trump tiene su mérito: jamás cambió su discurso violento. Muchos lo comparan de forma muy ignorante con Hitler, pero olvidan que al alemán no lo eligieron presidente, si no que fue designado primer ministro por un acuerdo con Hindenburg para darle más estabilidad al país y luego, al morir él, asumió el control de país para luego convertirlo en una dictadura fascista. En lo que sí coinciden, al igual que el gordo Mossulinni, es en usar a los extranjeros como la causa de todos sus males.

Hoy en la mañana cientos de niños twitearon su miedo a ir al colegio, de caminar en la calle por ser musulmanes, latinos, indocumentados, gays o negros. Muchos rasgaron vestiduras por lo que había ocurrido.... pero sabemos quienes son los culpables. La desidia de los que no fueron a votar fue lo que marcó la tendencia. Muy bien lo decía Edmund Burke "Lo único necesario para que el mal triunfe es que la gente buena no haga nada". El ausentismo de los negros y latinos en la votación fue abismante, sobre todo los afroamericanos que no se sentían cómodos con ninguno de los dos candidatos. Y en vez de usar ese descontento votando por el partido verde y demostrarlo como un voto descontento, simplemente no fueron a votar. ¿Les recuerda algo eso? en Chile hicimos lo mismo.

El colorín ridículo y boca floja logró darle un puñetazo de lleno al mundo y declarar abiertamente que los tiempos de los idiotas han vuelto. Y esta vez para quedarse.