"Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que no le teme a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite, incluso cuando significa pérdida de vidas humanas que está dispuesto a quemar nuestros hospitales, nuestras estaciones del metro, nuestros supermercados con el único propósito de producir el mayo daño posible. Ellos están en guerra contra todos los chilenos de buena voluntad que queremos vivir en democracia, con libertad y en paz"
Estas son las palabras con que anoche, anunciando un nuevo día de toque de queda se refirió a la situación Sebastián Piñera, quien aún ostenta el título de presidente de Chile, a pesar de haber demostrado con holgura que es un inepto para el cargo y que su delfín Chadwick (su primo nepotista) es quien lleva las riendas cual Portales o Guzmán en la lucha contra el alzamiento popular y el mantenimiento del statuo quo.
Y escuchando su perorata he caído en cuenta de que tiene toda la razón. Se ha equivocado solamente en los papeles de quienes están involucrados en la acción. Sí, estamos en guerra. YO ESTOY EN GUERRA.
Estoy en guerra contra un enemigo poderoso, llamado AFP que se lleva todas mis imposiciones, lucra con ellas y me carga las pérdidas para luego darme una pensión miserable, negándome sacar mis propios fondos para invertirlos por mi cuenta y se llena la boca de que esos dineros son míos. Estoy en contra de un enemigo poderoso, como los bancos y las inmobiliarias que llevaron en 9 años a triplicar el precio de los departamentos y casas, que dejaron en la banca rota a las familias con créditos imposibles de pagar, con tasas alucinantes. Estoy en guerra con un enemigo poderoso como los empresarios que se han comprado Chile entero, que pagan unos sueldos cagones y que no los reajustan, exigen lealtad y pagan con esclavitud salarial. Estoy en guerra contra las poderosas autopistas concesionadas, que lograron cobrar arriendo por el aparato con que nos cobran sin que podamos hacer nada. Estoy en guerra contra el poder que puso a esta masa de ineptos, ladrones y estafadores en el gobierno y el congreso. Estoy en guerra contra el SII y el poder judicial que permitieron que Johnson, Hites, el mismo Piñera, Délano, Penta y un sin número de políticos y empresarios defraudaran al fisco sin pagar más que multas pequeñas o con clases de ética.
Ese enemigo poderoso no le teme a nada ni a nadie, ni a los tratados internacionales, ni a la UNICEF, la ONU, la OCDE ni nadie, precarizando la salud, educación y la democracia con sus movidas tránsfugas. Ese enemigo está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite, sacando a la milicia al segundo día de manifestaciones, generando caos, realizando montajes y atacando a la gente sin justificación en el 80% de los casos. No le importan las vidas humanas, tanto así que se sabía que habían 62 carabineros heridos y en los hospitales que estaban, pero no se sabe la identidad ni la cantidad de muertos civiles y personas lesionadas en la comunidad. Ese enemigo poderoso ha quemado el sistema público de salud desde dentro, desmantelando los hospitales al recortar sus recursos y pagar a los privados miles de millones en atenciones que el sistema público no puede dar porque está falto de recursos, sólo con la mira puesta en privatizar completamente la salud chilena. Ese enemigo poderoso quemó nuestro sistema de locomoción con alzas gigantescas, con un pésimo servicio de cobertura por 13 años que hemos aguantado casi sin chistar. Ese enemigo permitió que los supermercados cobraran los precios que querían, se coludieran las farmacias, se precarizaran los salarios y que los proveedores recibieran pagos a 90 o 120 días.
Ese enemigo poderoso, representado por Piñera, Luksic, Paulman, Chadwick, la UDI, RN, la DC, el PS y el PPD y tantos otros actores políticos que me repulsa sólo recordar cómo se limpian la boca hablando del pueblo, es quien está en guerra contra todos los chilenos de buena voluntad que queremos vivir en democracia, con libertad y en paz.
Si, Piñera, estamos en guerra. Estamos en guerra contra ti y lo que representas. Estamos en guerra contra la injusticia de vivir en el oasis del empresariado y el infierno de los empleados.
YO ESTOY EN GUERRA.