miércoles, abril 04, 2007

Perdido en LOST

Me juré y rejuré a mí mismo que no me volvería a pasar, pero me pasó.

Hace unos años dejé de mantener una vida social activa, me encerré en mi casa y al llegar de la pega no hacía más que encender la cajita idiota y ver mis series favoritas, esas que me esclavizaban cada día a sintonizar el canal debido. Así me mantuve durante ese año entre “Seinfeld”, “Everybody loves Raimond”, “My wife and kids”, “CSI” (Las Vegas y NY), “Alias”, “King of Queens”, “Cold Case” y alguno que otro especial. Mis días transcurrían entre canales, entre héroes, espías, idiotas consumados y risas grabadas a destajo.

Al cabo de unos meses en que el teléfono dejó de sonar por que mis amigos ya no encontraban el modo de sacarme de la rutina y cuando el único panorama era ver tele, me dí cuenta que no era posible para mí seguir manteniendo este estilo de vida; subí varias tallas de pantalón, dejé de hacer ejercicio, dejé de ir a bailar, dejé de tocar la guitarra, dejé de hacer las cosas que me gustaban.

Fue entonces cuando decidí parar el cuento y definir mi actitud televisiva de ese momento en adelante. La fiebre de los realities ya no era mi problema, las series que veía (muchas de las cuales se cancelaron o simplemente se terminaron como “Becker”) dejaron de atosigarse en mi programación para pelearse mi atención y las películas comenzaron a ser una alternativa. Así que cambié la tele por el cine y, aunque con mucho menos probabilidad de hacerlo seguido, comencé a ir al cine. Y al salir de la casa volví a visitar a mis amigos y a salir de carrete. Claro que no dejé de ver CSI, porque si una serie tiene en su banda sonora a “THE WHO” no puedo dejar de verla.

Por eso cuando el fenómeno LOST apareció no lo pesqué ni en bajada. Debo decir que me parecía absurdo tanta devoción, que todo el mundo viera una serie que parecía “EJE”, porque nadie te podía contar nada, tenías que verla. Entonces, al igual que a “EJE” la mandé a la reverenda chucha. No me interesaba la idea de esclavizarme nuevamente por una serie.

El tiempo pasó y este año (cuando ya están en la tercera temporada) la jefa de mi mujer le ofreció la primera temporada para que la viéramos y decidiéramos si nos interesaba. Cuando esos DVDs cruzaron la puerta de mi casa el virus entró con ellos, la infección LOST se introdujo en mi hogar y ya no puedo exterminarla. Nos comimos los 24 capítulos en 2 semanas, no salimos a ninguna parte, pasamos varios días en cama viendo tele. Y pasó lo mismo con la segunda y el inicio de la tercera. Incluso esta semana bajé los capítulos que recién se estrenaron en USA por que ya no soportaba la espera...

¿Qué me pasó? Que hace rato no veía una serie tan bien armada, con una red de tramas excelente, con personajes bien pensados, pero sobre todo con historias bien armadas, no sólo en la trama de cada capítulo, sino en el pasado de cada personaje, en su papel en este gran plan final, que no sabemos hacia donde nos lleva.
Así que sí. Caí. Me perdí para siempre en esta isla con escotillas oxidadas y monstruos de humo. Espero encontrar la salida algún día.

Namaste.

1 comentario:

Marive dijo...

Jajajajaja, yo ya llevo tiempo perdida en esa isla. De hecho, me perdí antes que el fenómeno empezara, cuando AXN trajo la serie por primera vez y, al parecer, yo era el único ser humano que la veía, porque nadie se interesaba en escucharme cuando les contaba que estaba viendo una serie en que los protagonistas eran muchos y estaban botados en una isla que no aparecía en el mapa.
Pasé meses contándole a mis amigos como era la serie, pero nadie me hizo caso, todos pensaban que era algo freak que solo podía gustarme a mí...
Hasta que un día, aparecieron los comerciales, los famosillos diciendo que la veían y entonces todos me contaban la serie del momento, olvidando la tremenda propaganda que le había hecho yo... :'(