No sé si seré yo o es el sistema económico en el que vivimos, pero la publicidad me hartó hace bastante rato. Y es que no sólo tenemos que soportar el tener comerciales en la TV y la radio, sino también en los mails con los malditos SPAM; en internet con los popups que salen por todas partes, nos gritan que compremos, nos muestran videos y audios y nunca encontramos la puta “x” para cerrarlos; en los autos, las micros, las boletas de compra de las grandes tiendas, revistas, poleras, zapatillas, pañuelos, en las bolsas y todo aquello que tenga un espacio lo suficientemente grande para meter el logo o el nombre de lo que se quiere publicitar. Y aunque es algo con lo que hemos vivido toda nuestra existencia, me sobrepasa y me siento atacado. Es tanto que ahora mi amor electrónico es el DBOX, porque puedo pasar todos los comerciales con FFW. El problema es que durante la programación también meten las putas huinchitas de “siente la suavidad de…” o “todo mejora con…” ¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!!!
Bueno, mi mayor reclamo contra la publicidad en general es que nos están matando el amor idealista. Sí, porque cuando uno mira a una mujer y se siente atraído por ella, la ve perfecta, hermosa, única, irrepetible y sin mácula. El problema surge cuando a continuación ves un comercial en que una mujer dice que no puede ir al baño hace como dos meses y que le dieron fibra, la amiga y la mamá le dicen que todas están trancadas y que con el yogurt se les arregló todo, si parecen guaguas cagando todo el día. Entonces nuestra imagen de perfección se nos va al carajo. O cuando nos quieren convencer que todas se tiñen, como si el pelito hermoso que Dios les dio no fuese jamás el que ellas querían para su cuerpo. O cuando parece que todas fueran monos, si hay el triple de comerciales sobre productos para depilar frente a los de afeitar para hombres. Les encanta destruir todo el idealismo del amor puro hacia las féminas con un “¿preocupada por dejar alguna marca? ¡no con la nueva toalla higiénica!” ¡Ay! ¡por favor, se los ruego! todos sabemos que las mujeres son seres humanos que sudan, comen, defecan y hacen todo lo que su cuerpo demanda. Pero, ¿por qué mierda nos bombardean con tanta información? ¿Acaso no ven que el idealismo se va a las pailas y ahora en vez de consolar a la mina que tiene dolor de ovarios sólo vemos un tampón con piernas o a un grupo de minas que le miran el pantalón a ver si se le pasó la toalla?
Por favor, señores publicistas, devuélvannos el amor idealista, ese de la mujer en el balcón de su casa que mira la luna queriendo alcanzarla con sus manos, sin que nos demos cuenta de si sus axilas necesitan el nuevo desodorante con brillo porque son más oscuras de lo normal.
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