viernes, noviembre 06, 2009

La Ola


Hacía rato que una película no me daba vueltas en la cabeza por tanto rato. Y es que la película alemana "La Ola" (Die Welle) es un radiografía a la sociedad mundial en su conjunto.
Partamos de la base que es sobre una clase de educación cívica hecha por un profesor que usa métodos modernos y de participación con sus alumnos. De esta forma les enseña sobre la Autocracia. Para quienes no conocen el concepto, la autocracia es el gobierno que uno o unos pocos ejercen sobre el pueblo con poder absoluto, no necesariamente a través de un golpe militar o de una guerra civil, pero que termina siempre en una dictadura cerrada, clasista y que desmedra todos los niveles sociales. El ejemplo más claro es el Nazismo en el Tercer Reich, pero también tenemos varios ejemplos latinoamericanos (Chile tuvo su pequeña autocracia con la dictadura de Pinochet y Patria y Libertad, la CNI y la DINA).

El punto es que siempre se ha pensado que una dictadura y un movimiento como el del nazismo es impensado en los tiempos modernos. Esta película nos revela que la cosa no es tan así. Siempre las masas pueden manipularse y así dar paso a la fe ciega, las agrupaciones extremistas y las muestras de repudio por quienes no forman parte del propio grupo. Y actualmente en Italia los jóvenes se han vuelto muy pro-fascismo, tanto así que se están agrupando en algo parecido a las primigenias patrullas de camisas negras o en el caso de la Alemania de Hitler, los camisas pardas.

Y es preocupante. Siempre el comunismo y el fascismo van de la mano de la alienación de sus integrantes, la degradación de los distintos y la prohibición de todo aquello que el régimen de facto determine proclive a intereses contrarios. La libertad de expresión es improbable en esas situaciones.

¿Alemania o Europa pueden volver a tener fascismo? Sí, es una posibilidad. Y no es una muy lejana. ¿Chile puede caer en una nueva dictadura fascista? Esperemos que no. Y de haber un pronunciamiento militar, creo que el pueblo chileno actual tendría muchos más cojones que nuestros padres y abuelos para rechazar tal indignante situación. La democracia no es la panacea que permite a todos la igualdad, pero hasta ahora es el único sistema que nos permite un poco de libertad creativa, social y cultural. Las oportunidades no llueven, es verdad, pero tienes la opción de ser quien quieres ser.

La vida de las dictaduras siempre es una constante en el mundo, auspiciadas por megalómanos ávidos de poder ilimitado y por seguidores, creyentes acérrimos de la palabra que un tipejo sin mucha cultura y con mucha autoestima, que es capaz de grabar a fuego en sus mentes las mentira con que alcanza el gobierno. Está en nuestras manos evitar que en Chile vuelva a ocurrir algo así.

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