Es raro, pero pareciera que siempre he sido un lector lento. Como que leo la hoja y la reviso varias veces antes de pasar a la siguiente, esperando no perder detalle sobre lo que pasa en la trama o la descripción de tal o cual personaje. Y en la vida me pasa lo mismo.
Y es que entre toda la vorágine que estoy viviendo, desde que me separé no he podido dar la vuelta a esa página del todo. Aunque estoy tranquilo, manejo mi vida bastante bien, vuelvo a leer y releo cada vez las últimas líneas de esa hoja esperando entender las cosas. Y tengo tomada la página desde una de sus esquinas hace mucho rato, pero la mano no me ha obedecido para dar la vuelta completamente y seguir leyendo lo que viene más adelante. Y otros en cambio tienen esa capacidad, leen rápido, dan vueltas las páginas como si fuesen cartas en un mazo y buscan la siguiente esperando una nueva emoción, una nueva forma de vivir. Y eso me ha afectado mucho.
Puede ser que internamente me he vuelto un adicto a releer las cosas en mi vida, pero también se muy en el fondo que las otras páginas que me esperan pueden ser distintas, mejores o peores.
Y hoy creo que estoy preparado, después de revisar bien la última página, de por fin pasar a la siguiente. Quien sabe que historias vendrán más adelante.
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