viernes, noviembre 26, 2010

La brecha

Entre las cosas que he hecho últimamente para sobrevivir mientras me gano el Kino, tuve que cubrir un evento de 3 días para el Ministerio de la Cultura, entidad bastante venida a menos con Cruz-Coke como cabecilla en un gobierno donde el presidente jura que Robinson Crusoe realmente existió.

Bueno, la ignorancia galopante de nuestro gobernante o los pergaminos de muy poca monta de nuestro ministro no son la base de estas líneas. No, muy por el contrario. Estas líneas son las que mi persona se dedica a sí mismo.

En estos días no hice más que darme cuenta de que el momento temido llegó. Sí. Después de años de engañar al destino, de sentirme distinto, de ser visto de otra forma, el tejazo me cayó como una avalancha. Y es que por primera vez en años sentí el peso de la brecha generacional. Y no es porque en el evento los jóvenes que participaban no hubiesen conocido ni la décima parte de las cosas que yo, ni porque mis arrugas seguramente suman las que todos ellos en conjunto portan... No, fue por la sensación. Por primera vez vi a estos jóvenes y jovencitas como "niños". Jamás me había pasado. Vi la diferencia y me sentí en otro nivel. Y aunque en la calle me siguen diciendo joven, aunque no veo taaaaaan viejo como soy y aunque tengo una actitud bastante jovial en la vida... llegó ese momento que siempre temí. Me convertí en adulto sin darme cuenta.

Eso conlleva a muchas distintas variantes que pueden seguir de aquí en adelante. Personalmente creo que la que la mayoría toma es aceptar el nuevo paso, la nueva etapa y cortarse el pelo, tener un trabajo regular, casarse y tener hijos. Pero en mi caso me toma en un momento completamente distinto a la mayoría. Claro, porque mientras todos carreteaban a destajo y tenían sexo a destajo (bueno, no todos, pero varios) yo era un joven enamorado y fiel. Mientras todos buscaban que hacer con su vida, yo ya había decidido que hacer y lo estudiaba. Mientras mis amigos no podían encontrar trabajo yo ya tenía uno. Mientras ellos seguían en la casa de sus padres, yo ya vivía con mi mujer felizmente casado. Y ahora que todos se casan... yo me separo.

Entonces, la visión que tengo de esta etapa es muy confusa. Por un lado entiendo que ya soy un adulto completo, por mucho que tenga alma de niño. Y por otro lado siento que hay etapas que no he quemado y otras que ya quemé, pero que no era necesario hacerlas tan pronto. Por eso ya no tengo proyección, no al nivel que la tuve.

¿Que hacer? bueno, o me meto a la máquina y me dejo regir por las modas de mediana edad o simplemente sigo siento el mismo hippie rockero que he sido siempre... ¡Aaaaa!!!! a la mierda... me quedo como el chascón rockero que siempre he sido. Y no voy a cambiar.

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