El punto es que habemos algunos que somos felices con ese estilo de visión de la vida. Bueno, yo lo era. Ahora transito entre dos realidades paralelas. Es extraño. Hasta este año tenía contadas las veces que soñaba. Máximo 5 o 6 veces en año. Siempre dormía soñando negro. Un tronco tenía más imaginación onírica que yo. Pero este año cada puta noche sueño. Y los sueños son reales, mezclan recuerdos con situaciones creadas y terminan haciendo de cada mañana una lucha constante por determinar que es realidad, que es sueño y que es pesadilla. Porque hay días que despierto de un recuerdo y creo que estoy soñando en esta realidad. Hay veces en que tengo una pesadilla y me alegro de estar aquí despierto y otras en que el no quiero despertar del sueño y caer en esta pesadilla...
Y no se como escapar. Cada día duermo menos, no quiero cerrar los ojos y volver a vivir cada noche lo mismo, una y otra vez, sin medios, sin armas, sin coraza, sin protección alguna, caminando por las napas de mis proyecciones oníricas a pecho descubierto, muriendo, matando, cayendo y destrozando todo a mi paso. Sueños que son sólo eso, sueños, pero que cada vez me vuelven más insomne.
Dormir o no dormir, esa es la cuestión.
2 comentarios:
Matate
El balcón siempre es una opción
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