jueves, diciembre 16, 2010

Sueños

La forma más simple de ver la vida es la que nos implantan desde niños, esa que se basa en la progresión casi aristotélica de avance que mezcla logros, recuerdos, ambiciones y reconocimiento. Pero hay quienes vemos la vida de una manera distinta, como dijo un tipo el otro día en un bar, más "brechtiana" (concepto que no escuchaba desde que estudiaba la carrera). Y se refiere a la vida vista en momentos, situaciones, no en una progresión constante o un seguimiento de consecuencias estilo "efecto mariposa". Es el gozar y sufrir alternadamente. La vida es así, llena de sinsabores y de alegrías, de dulce y agraz como diría Carcuro.

El punto es que habemos algunos que somos felices con ese estilo de visión de la vida. Bueno, yo lo era. Ahora transito entre dos realidades paralelas. Es extraño. Hasta este año tenía contadas las veces que soñaba. Máximo 5 o 6 veces en año. Siempre dormía soñando negro. Un tronco tenía más imaginación onírica que yo. Pero este año cada puta noche sueño. Y los sueños son reales, mezclan recuerdos con situaciones creadas y terminan haciendo de cada mañana una lucha constante por determinar que es realidad, que es sueño y que es pesadilla. Porque hay días que despierto de un recuerdo y creo que estoy soñando en esta realidad. Hay veces en que tengo una pesadilla y me alegro de estar aquí despierto y otras en que el no quiero despertar del sueño y caer en esta pesadilla...

Y no se como escapar. Cada día duermo menos, no quiero cerrar los ojos y volver a vivir cada noche lo mismo, una y otra vez, sin medios, sin armas, sin coraza, sin protección alguna, caminando por las napas de mis proyecciones oníricas a pecho descubierto, muriendo, matando, cayendo y destrozando todo a mi paso. Sueños que son sólo eso, sueños, pero que cada vez me vuelven más insomne.

Dormir o no dormir, esa es la cuestión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Matate

Pablo Escobar dijo...

El balcón siempre es una opción