Hay veces en que uno cree que las cosas que ocurrieron en el pasado no se volverán a repetir. Ingenuamente considera que el mundo, después de ciertos acontecimientos, alcanza un grado de madurez, un nuevo anillo en la corteza que le permitirá no cometer el mismo error. Pero así como las generaciones se marchan de la vida y las nuevas las reemplazan, así también las cicatrices se van borrando. Y la mente humana tiene una capacidad infinita para olvidar lo que no le gusta y para cambiar la historia a su antojo.
Cuando sucedió el ataque a las torres gemelas y se habló de montaje, nos pareció una aberración. Pero los hechos que sucedieron el vandálico acto siguieron una senda marcada 7 décadas antes... cuando Hitler inventó un atentado a la casa de gobierno alemana, el Reichstag. Siendo un zorro que se ufanaba de tener el poder por derecho aunque no fuera realmente nominativo (como un Portales en la historia republicana chilena), decidió que ya era necesario sacar a Hindemburg del camino y ser quien realmente gobernara. Ya lo hacía, pero necesitaba que el parlamento lo nombrara como tal y de paso que le entregase poderes jamás asumidos anteriormente por un gobernante republicano. Fue así como planeó un atentado incendiario contra la casa de gobierno, atribuyéndoselo a un solitario miembro del partido comunista, que quería desestabilizar el país. Bajo esa amenaza "cierta" de un anarquismo, logró convencer al congreso y lo nombraron Primer Ministro plenipotenciario.
Extrañamente en USA pasó algo parecido. Tras el ataque a las torres, Bush y su administración lograron de forma casi inmediata aprobación para leyes que atentaron contra todas las enmiendas básicas de la carta magna del país del norte. Se dieron poderes únicos y exclusivos al gobierno, la policía, los entes fiscales, judiciales y hasta económicos para perseguir, encasillar, enjaular y reprimir cualquier voz opositora al discurso del mediocre gobernante. Se creó una paranoia que hasta ahora tiene sumido a ese país en el terror a algo que nunca les volverá a pasar, el miedo a un terrorista que sólo se vio por la tele. El miedo a un fantasma.
Actualmente en Chile está ocurriendo algo similar. Un siniestro personaje llegó al poder acompañando al gobernante más limitado e inoperante que ha tenido Chile. Sebastián Piñera es apuntado y catalogado como lo peor que le ha pasado a Chile... han habido otros peores, pero es el más ridículo e ignorante, sin duda. El personaje que se roba mis líneas es Rodrigo Hinzpeter. Este hombre que pareciera salido de una película de los NERDS ochentera, con sus lentes redondos, su boca algo caída, su extraña forma de acentuar las palabras queriendo denotar más cultura o conocimiento, se ha convertido no sólo en una amenaza a muchas de las libertades que costó por tantos años conseguir, si no que ha convertido a nuestra prensa y nuestros referentes en los estandartes del apocalipsis. Inventó una serie de montajes ya comprobados, como el caso del pakistaní y el caso bombas donde nadie era culpable porque NO HABÍAN CULPABLES; persiguió cualquier movimiento dirigencial que aplicara un dedo acusador contra el gobierno o las empresas que depredan el país y mucho más contra quienes le demostraron en su cara que tenían mejores argumentos para luchar. Pero claro, en Chile los argumentos no son lo que manda; aquí el dinero y el miedo son las herramientas del poder autoritario.
Hoy ocurrió algo más allá de lo que todos podíamos pensar. Es sabido que siempre que hay protestas hay vándalos, ya que el "lumpen" siempre ha existido y por desgracia es imposible eliminarlo por demasiadas razones muy largas de explicar aquí. Desde hace rato que se ven en las marchas carabineros de civil que se infiltran, encapuchados, que además arman barricadas o que las emprenden contra la prensa para que éstos tengan algo de violencia que mostrar. También el uso indiscriminado de bombas lacrimógenas y violencia innecesaria dentro de inmuebles privados, contra gente que ni siquiera estaba participando de las marchas. Persecución y asedio incluso a personeros que buscan identificar el posible atropello a los derechos humanos durante la represión de las marchas. Pero hoy ya todo se pasó de la raya.
Sí, hoy fue un montaje descarado. Habiendo un grupo de encapuchados (que a esta altura uno se pregunta si andarán con el chocman y el jugo igual que las viejas que fueron acarreadas al congreso para aplaudir al gobierno) un par de buses del transantiago aparecieron en las cercanías de Ramón Carnicer con Bilbao. Ambos, buses de recorridos que no pasan por esa zona... hay fotos de estos vehículos abandonados, sin pasajero ni chofer, rodeados de carabineros, vehículos policiales, sin ningún manifestante a su alrededor. Vehículos que misteriosamente luego aparecieron quemados. Si había tanta vigilancia policial... ¿cómo es posible que lograran quemarlos? Los recorridos eran de Las Condes... ¿qué hacían en ese sector? Extrañamente, al buscar las patentes de esos vehículos en el registro del gobierno, uno de ellos aparece con multas en su último periodo de certificación, multas que no fueron pagadas... significa que estaban sin permiso de circulación. Si ese fuera el caso, estos vehículos estaban en corrales de acopio esperando que sus dueños pagaran las multas y el respectivo permiso... es decir que el departamento de tránsito tenía en su poder tales vehículos. Además apareció una camioneta de carabineros con varios neumáticos a cuesta... según ellos una política que siempre han usado para arreglar los vehículos con que reprimen... pero es la primera vez que alguien los ve... y algo raro... un tubo sellado a presión (no se puede decir exactamente que contiene) aparece junto a estos neumáticos. Y lo más extraño es que el mismo recipiente aparece luego quemado junto a uno de los buses del transantiago...
Definitivamente aquí hay gato encerrado. O mejor dicho Hinzpeter suelto. Gracias a lo que ocurrió hoy, el gobierno presionó a la cámara de diputados a aprobar la Ley Hinzpeter. Y ahora pasa al senado, donde tienen mayoría por sus designados y sistema nominal. Lo que ha sucedido hoy señores es nuestro propio Reichstag, un engaño urdido bajo la mirada atenta de quienes quieren evitar a cualquier precio la disidencia ciudadana que, ya lo han demostrado, no pueden manejar.
Y lo más extraño es que quien le copió a Hitler es Hinzpeter. Por último debió ser solidario con su propia sangre y no admirar la obra de quien casi los extingue...
Así que así están las cartas, echadas sobre una mesa, pero con solo un apostador y un dealer. Nadie juega más que ellos. Ni usted ni yo. Y no se atreva a pedir un par de cartas o una ficha... podría ser considerado una amenaza para el sistema.
La nueva forma de gobernar... es la vieja forma de reprimir.
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