Variables hay muchas en la vida de cada persona. No todos podemos abstraernos a que las variables son las que controlan tu vida y no los hechos concretos. Los planes no son nada sin las variables, son ellas las que determinan tus éxitos y fracasos absolutos o parciales. Las variables permiten que la vida sea menos escrita, más hablada, más lanzada y menos amarrada a los cánones.
Los pasos dados son motivo de orgullo sólo por el hecho de haberlos dado. Muy pocas veces nos damos cuenta que lo que hemos hecho para otros suena extraordinario, aunque para nosotros sea algo que nunca hemos terminado de concretar. El sueño de lo imposible siempre se alza como un estandarte sobre la colina que queremos conquistar, pero que cada vez se vuelve más empinada y escabrosa. Y entre tantos intentos se nos olvida que la razón por la que queremos llegar a esa colina es porque es trayecto hacia ella es lo que le dará vida y perspectiva al logro. Los logros son efímeros en el tiempo y nos matamos por tenerlos, a veces tan sólo por el hecho de tenerlos.
Tal vez el conformismo no es mi fuerte, pero la vida me está siempre golpeando con el brazo de la regularidad. Por eso debe ser que no me gusta vivir la vida como el resto, trato de zafarme de los trabajos tediosos y encasillados, intento ser creativo de tanto en tanto y aprender día a día cosas nuevas.
Espero que cada vez que me levante en la mañana al ocaso de mi existencia pueda sonreír y decirme "viviste bien" y no pensar que pude haber hecho algo más. Ese algo más me ha atormentado toda mi vida, cuando a veces con el aceptar lo que se logró sería suficiente. Estacionario, pero impulsivo, es una mezcla rara que vive en mí.
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