En seis días se cumplirán dos meses. Dos largos y tortuosos meses. Quién diría que en nuestra latinoamérica democrática se seguirían suscitando estas desgracias llevadas por la opresión de quienes quieren controlarlo todo... parecía que era sólo el dinero lo que importaba... ahora lo que quieren son los derechos civiles...
Dos meses de arrastrar un caso que el gobierno de México no puede manejar. Los 43 estudiantes desaparecidos durante la protesta contra la reforma educacional, los 6 muertos y 17 heridos que dejó esa misma acción represiva policial (y de quienes no se habla) son el producto de la política abusiva y sin miramientos que la nueva administración mexicana ha instaurado. El renacimiento de las cúpulas de poder que parecieron dormidas durante unos años y que volvieron con el diente aún más afilado, buscando evitar salir de nuevo de la escena y controlar todo para que nadie pueda decidir más que ellos... al igual que pasa en Chile, sólo que allá la situación es mucho más desesperada.
Los carteles de droga y las policías corruptas, la desorganización estatal y las independencias federales que hacen aún más ineficiente la acción del gobierno por proteger a sus ciudadanos, se une la mano negra y larga que está manejando desde atrás los hilos para cerrar cualquier puerta al cambio que permita el surgimiento de la clase trabajadora.
Es impresionante darnos cuenta que el foco ahora en occidente no es la falta de recursos, el agua que escasea o la mala alimentación... es la educación. El pueblo se dio cuenta que se estaba volviendo estúpido... bueno, los que se alcanzaron a dar cuenta. La sociedad latinoamericana se acostumbró a vivir un colonialismo que sólo cambia de jefe. Pasamos de España a Estados Unidos y seguramente en el futuro los Chinos serán quienes determinen nuestros designios.
Ya lo decían Los Prisioneros hace tanto tiempo... "dividir es debilitar" y eso han hecho. El pueblo sudamericano, con su gallardía y arrojo, su pasión y su capacidad de enfrentarlo todo, se ha visto diezmado, abatido, torturado y amansado. Latinoamérica no debería estar en el lugar donde la ponen, debería ser el centro de muchas cosas, investigación, poderío económico y de recursos, pero sólo es el campo de cultivo para que otros disfruten. Y México se ha convertido en la fotografía más clara de ésto. En ese sólo país se han sumado el narcotráfico con el abuso de poder, la violencia gubernamental, la corrupción, la búsqueda de derrotar los derechos civiles y la sumisión a USA como el único amo. Es todo lo que tenemos el resto de Sudamérica, sólo que ahí se hizo el gran compendio.
Y esos 43 niños que han desaparecido son un grito ahogado, baboso y sangrante de quienes aún tienen algo de dignidad y a quienes no les puede resultar cómodo el arnés que les han puesto para mantenerlos a raya.
¿Serán sólo 43 cuerpos yertos o serán la semilla de lo que necesitamos que sea nuestra indigna y olvidada Latinoamérica?
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