lunes, abril 19, 2010

La nueva forma de gobernar

Ésta fue la frase que ocupó la Alianza por Chile en su campaña presidencial del 2009. No es una gran frase, es muy ambigua y sin peso, pero hay que ver que a la mitad más uno de los chilenos les pareció que era hora de ver que tal era estar del otro lado. Y así ha ocurrido durante estos meses iniciáticos del 2010.

¿Qué ha pasado? todo y nada. ¿Por qué? porque nuestro nuevo gobierno encabezado por Piñera y sus Chicago Boys se ha visto en la precaria situación de ver que todo lo que criticaban no era tan fácil de cambiar y que todo lo que creían poder hacer mejor están a mucha distancia de lograr siquiera de igualarlo. Y es que su inexperiencia se les nota a la legua. Es cosa de ver a quienes han ido ocupando los cargos que fueron desdeñados por los cabecillas y mandamases de la derecha, como las vocerías, subsecretarías, seremis y otros. Y es en este nivel en el cual Chile realmente se mueve. No crean ustedes que Chile lo maneja el presidente o que el congreso hace algo que cambie tu vida de un día para otro. Todos los procesos gubernamentales en los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) comprenden procesos largos, tediosos y llenos de revisiones y contrarevisiones para aunar mejor todas las opiniones. Es así como una idea muy buena termina siendo un barniz del original y dejando mucho como estaba sin arreglar nada de fondo.

Pero en el caso de los seremis y subsecretarios eso es distinto. Muchas decisiones se toman en estas instancias, lejos de la mano protectora del presidente y bajo la mirada perdida del ministro. Y si pones gente sin experiencia o sin manejo de las situaciones, tendrás un gobierno muy poco estable.

Otra cosa que he notado es la improvisación. Ya que en el conglomerado no tienen suficiente gente para llenar los cupos, llaman a personas que cumplen funciones parecidas pero en lugares donde la presión por ese tipo de trabajo es infinitamente menor. Es así como el encargado de prensa renunció al poco rato, ya que por culpa de su nuevo trabajo (cambió la dirección de su diario en Osorno por el trabajo en la Moneda) perdió a su mujer y las ganas de seguir trabajando. Así que tomó todas sus pilchas y se mandó a cambiar de nuevo al sur. Y bien por él.

Estaba claro que el inicio de un gobierno como éste iba a ser raro, lleno de errores y sobretodo mucho bla-bla y pocas soluciones. Lo peor es que ni siquiera el presidente cuenta con la empatía para revertir esto. Claro, porque todos conocemos a Piñera y su infinito afán de figurar, de hacerse ver y de dejar huella. Es la personificación del político rancio de principio de los 70 en USA, cuando se sacaban fotos con los hippies mientras hacían leyes que promovían guerras contra las que los hippies luchaban. Por eso me dio tanta rabia ver cómo la imagen que Chile había alcanzado en el exterior con Lagos y Bachelet se iba al carajo con un "Do yo want to see my watch?" lanzado sin tapujos frente a un Barack Obama que no entendía porqué un tipo como éste copiaba las ideas de su mujer. Escucharlo en el podio hablar su excelente inglés con el acento más latino tercermundista de la historia y sus trajes 4 tallas más grandes me dio escalofríos. Qué decir cuando supe que se había ido a trotar con el presidente de Colombia y sólo trotó la primera cuadra para que le sacaran fotos. Ese tipo de cosas hacen que todo lo que pensé de Piñera siempre se confirme punto por punto.

Una pena para el país, pero una alegría sincera para los medios de comunicación. Tendremos circo por varios años, un circo pobre con un señor corales de traje 4 veces más grande y al que le faltan los leones, el domador y los trapecistas, pero que está rodeado de muchísimos payasos.

1 comentario:

maricarmen moreno dijo...

esta es la nueva forma de gobernar,la de la improvisación y el descaro. lamentable por nuestro país como dice el columnista, esperemos que sirva de lección y que para la próxima la gente no se deje llevar por un slogan y una musiquita pegajosa.