sábado, enero 07, 2012

La vida hecha un mapa

Ayer tuve un encuentro que me sorprendió bastante, debo decir. Fui al cumpleaños de una buena amiga y como llegué solo, hice lo de siempre y me puse a conversar con quien se me diese la puta gana. Bueno, ya no es tan así como antes porque en este caso la fiesta era de pendejos de al menos 10 años menos que yo, así que no es tan así como así el meterse a conversar, los códigos no son los mismos y uno se puede convertir en un invitado bastante indeseable que rebota de grupo en grupo como pelota de ping pong.

El punto es que al pasar las horas, los tragos y la conversa, me encontré hablando con una mina de 23 años, sobre todo y nada como es típico en los carretes (se habla tanta estupidez...). El punto es que en medio de esos temas que hablamos animadamente en un principio, ella lanzó algunas frases que poco a poco me empezaron a dejar perplejo... como que ella pensaba estudiar otra carrera aparte de la que ya tenía para que ella y su hijo estuviesen tranquilos, aunque no le gustara. Le pregunté "¿eres mamá?" y ella me respondió con un "NO" muy seco. WTF? Esta mujer a los 23 años estaba planificando la vida para que su hijo que ni siquiera tiene... lo encuentro loable... para una mujer de 35... pero que hablara de su hijo como si viviese el día de hoy... parecía que el pájaro del reloj cucú se asomaba peligrosamente por una de sus orejas.

Al rato se mandó otra frase de antología. "Quiero viajar harto, así que voy a buscar un Ingeniero en Minas". Le dije... "¿me estás diciendo que tienes la carrera de tu futura pareja definida de antemano?" "Pareja no, marido" me respondió. Ahí si que me quedé de una pieza. Bueno, obviamente hay que decir que cualquier atisbo de líbido se había esfumado en los albores de la conversación, pero a esta altura la Antártida era una alpargata al lado de mis genitales. No sólo eso, me extrañaba la forma en que pudiese programar la vida. Es más, le dije "pero entiendes que pensar así una relación significa que vas a tener un amante al primer año de casada" y me devuelve la siguiente pregunta "¿UNO?" y con una cara de zorra calculadora que lo habría esperado de una treintona o cuarentona que quema sus últimos cartuchos porque sabe que se le va el tren. Pero una mina de 23 años... que está terminando su carrera, que lo más al norte del mundo que conoce es Antofagasta... que con suerte sabe lo que es vivir sola... uf...

Definitivamente, la gente me sigue sorprendiendo. Tener pensamientos casi de la década de los 50 en una sociedad volcada a la igualdad de derechos (aunque sólo sean nominales) con pensamiento más pluralista y con géneros que van a la par en sus desempeños lo encuentro aberrante.

Todavía nace gente para vivir la vida y no para disfrutarla. Una pena.

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